Estudio fotografico de andrew bigue't

Aquel timo que messie bigue't ideo después de que su negocio convencional había decaído ocurrió alrededor de 1912 cuando la fotografía todavía era una novedad.

La joven viuda, pálida y acongojada se presentó al estudio de fotografía de andrew bigue't en el boulevard Mont’martre de parís con un periódico en la mano, deseaba saber cuál era el costo de un insólito servicio que allí se anunciaba y era el de, fotografiar al espíritu o halo vital de algún ser querido recién fallecido. El aviso advertía a clientes potenciales que a fin de tener éxito en captar la imagen ectoplásmica del difunto, la foto debía tomarse lo más pronto posible después del deceso y mientras dicho hálito vital aun flotaba en el ambiente, si se esperaba demasiado aquella sustancia espiritual comenzaba a desvanecerse siendo casi imposible que se imprimiera en la placa fotográfica, tras haber explicado lo anterior a la joven viuda y cobrar la suma de 200 francos, la recepcionista procedería a tomar nota de la apariencia física del difunto, forma de vestir y demás características indicando a la cliente que debía aguardar mientras messie bigue't lo preparaba todo para entrar en contacto con el más allá.

Media hora después el propio fotógrafo invitaría a la viuda a pasar al estudio donde tomaba las fotos, pues había logrado ubicar al espíritu de su marido, el lugar era una habitación totalmente pintada de negro, vacía excepto por la cámara sobre su trípode de madera, tomando de la más manos a la dama bigue't le pidió concentrarse con toda su voluntad en evocar a la imagen de su esposo, luego soltándola se ocuparía de manipular la cámara en silencio, un fogonazo y acompañando a la viuda hacia la salida le indico regresar al día siguiente pues casi tenía la certeza de que había logrado captar la imagen del difunto.

Ya en la recepción aguardaban otros clientes deseosos de que mesie bigue't fotografiara al espíritu de un hermano recién fallecido en un accidente, tras cobrar sus honorarios daría inicio a la misma rutina anterior, solo que en aquella ocasión no llego a concluirla ,pues esos clientes en realidad policías de la cdt le presentaron una orden de arresto, luego procederían a revisar el apartamento encontrando en una habitación contigua al estudio una amplia colección de maniquíes, eran de todo tipo, desde adultos hasta ancianos de ambos sexos, incluso niños y bebes, los armarios contenían pelucas de varios colores, velos, túnicas de gasas, pijamas, mantillas, e incluso pañales, también trajes de etiqueta, uniformes militares y dejendarmes, así como sotanas. utilizando gasas muy vaporosas para simular el indispensable halo que debe tener todo espíritu, bigue't vestía los maniquíes según la detalla información que suministraba los propios deudos, luego al tomar las fotos a través de un difusor lograba una convincente imagen borrosa de lo que sus clientes anhelaban y suplían con la imaginación para auto- convencerse que estaban ante una foto ectoplásmica de sus seres queridos. Quizás lo insólito de este relato sea que a estas alturas del siglo y a medida que las maravillas tecnologías se suceden unas tras otras ,todavía existan incautos quienes al contemplar unas ‘’presuntas’’ fotos fantasmales que circulan en el Internet ingenuamente piensan que en verdad están ante imágenes del mas allá y no en una repetición de trucos que perpetraba messie bigue't en el siglo xx.